Fortuitae

poker-best-online-poker-sites

Fortuna, responde en la mitología romana, a la Diosa de la Suerte. Aunque en un principio se le vinculaba con tanto para la buena suerte como para la mala suerte, con el tiempo se acabó asociando a lo fasto (bueno) y fértil (vida). Por lo que la mala suerte sea cuñó bajo el término infortunio. Tener suerte como concepto, es aplicable a cualquier ámbito de la vida, y por supuesto, los videojuegos no escapan a ello. Cualquier gamer es consciente que la fortuna o suerte, están presentes en cualquier videojuego. De hecho, forma parte de la jugabilidad que tal factor azaroso se muestre como una componente más del gameplay, aunque la mala implementación de este puede arruinar el resultado final.

Leer más de esta entrada

Closed

Aquel día me miré al espejo mientras me desperezaba. Ese baño grande y frío, con apenas luz, siempre me pareció poco confortable. Aunque esa sensación se repetía cada mañana, aquel día había algo más. Mi cuerpo respiraba cansancio y agotamiento. Lejos de mi mejor forma, algo estaba cambiando y empezaba a sospechar lo que podía ser.

Tras cuatro horas deambulando por mi castillo, sin nada que hacer aparentemente, mi cerebro cavilaba a velocidad de vértigo, y empezaba a exponerme conclusiones que no quería ver. Con cada minuto que pasaba, la celeridad de los pensamientos aumentaba. No podía controlar lo incontrolable, así que decidí empezar a asumir ciertas conclusiones. Si mi cuerpo estaba hastiado, era mi mente quién intentaba explicarme el por qué.

Poco a poco me dejé llevar por esos pensamientos. Estaba relajado, tranquilo. Incluso me sorprendí a mí mismo, sentado en la vieja butaca de la biblioteca. Todo aquello empezaba a resultarme extraño. Mi castillo, mi entorno, mi vida,… parecían bailar otra música diferente a la que yo sentía en esos instantes. Tuve ganas de gritar, pero no sabía el qué,  ni el por qué. Gritar para liberarme. Gritar para volver a empezar.

¡Eso era! Volver a empezar. Cerrar una etapa, para empezar otra. Sin miedo al fracaso. Asumiendo el reto de alimentar a las nuevas inquietudes en pos del acomodamiento de lo seguro y rutinario. Empezaba a asumirlo. Yo había cambiado, porque tenía otras necesidades. Y entonces ¿todo esto que formaba parte de mi avatar? Ya no sentía apego ninguno por todo eso. Ya no lo necesitaría allá dónde fuese. Porque me llevaba lo mejor de mí. La experiencia adquirida para buscar nuevos retos. Nuevos retos que ya aparecen en el horizonte.

Y bajo esta perspectiva, cierro la puerta de este castillo con forma de blog. El Malo del Final ya ha cumplido su cometido, llevarme hasta aquí para evolucionar a nuevas cotas. Mi experiencia como bloguer no tiene sentido sin él, pero ahora nuestros caminos se separan. Hace meses que me muevo en esa dualidad, hasta que se ha roto.

Dejo el avatar de El Malo del Final, para seguir siendo Raul Factory. Mi nuevo hogar, Zehn Games. Allí os espero.

My Lord

Space Invaders (Taito, 1978), con permiso de Spacewar! (Steve «Slug» Russell, 1961), es considerado el pionero del género shoot’em up, cuanto menos a nivel comercial, así como el primer videojuego de afectación pública. Desde su estelar aparición, y en concreto durante la década de los ochenta y principios de los noventa, el shoot’em up en sus diversas versiones vivió sus mejores años. El género fue evolucionando con propuestas como Galaxian (Namco, 1979) con patrones de enemigos más complejos, Defender (Williams Electric, 1981) y su revolucionario “scrolling shooting”, Scramble (Konami, 1982) con su scroll forzado que te obligaba a avanzar sí o sí, o Xevious (Namco, 1982) como primer scroll vertical. Más tarde llegaron otros como Spacer Harrier (Sega, 1985) siendo el primer “rail shooter” o Gradius (Konami, 1985), y su gestión armamentística.

Leer más de esta entrada

Bit Voice

Alan McNeil trabajaba en Universal Research Laboratories en 1980, cuando una noche tuvo un sueño algo extraño, según explica él mismo. En el sueño se encontraba rodeado de robots que querían acabar con su vida. Quizás por las horas dedicadas a Robots (BSD, 1980), tuvo claro que tenía que diseñar un videojuego dónde el objetivo fuese escapar de un mazmorra futurista llena de robots obsesivos por acabar con tu vida.

Leer más de esta entrada

The End

Tranquilos. No os suicidéis todavía. El título de esta entrada no significa el cierre del blog ni nada parecido. La historia va por otros derroteros. Recuperar el aliento y seguimos.

Tras la polémica con el final nada convincente (eso dicen) de Mass Effect 3 (Bioware 2012), parece que el gamer se ha postulado en rebeldía ya que esperaba un cierre (¿seguro?) a la altura de la trilogía, y según he podido leer, no cumple con lo esperado. No he jugado a Mass Effect 3 todavía, de hecho hace muy poco que he empezado con la primera entrega, y obviamente iré por orden cronológico, pero todo lo generado por ME3, sus fans, el posible final alternativo y demás me ha golpeado en la única neurona que me queda viva en mi cerebro (las otras murieron por culpa de la radiación en Fallout 3) y me ha dado por pensar en aquellos finales de videojuegos que por calidad o por falta de ésta, me impactaron. Obviamente si de finales se trata… a partir de aquí SPOILERS!!

Leer más de esta entrada